viernes, 10 de septiembre de 2010

Jugando a ser Penélope


Me veo parada como en una gran plaza donde miles de voces pasan por mi alrededor y yo intento captar una sola voz, tu voz, que me rescate del naufragio. Quizás deba sentarme a esperar pero no tengo ni deseo hacerme el tiempo necesario.
Ahora bien, esto es mentira. Sí, deseo. Te deseo y vos no me ves ahí sentada esperándote, jugando a ser Penélope, envejeciendo, sintiendo el vértigo del tiempo que pasó, que se alejó, que me abandonó y me dejo tirada en el callejón de los corazones rotos.

Y el tiempo vuelve a la realidad. Nada cambió. Vos estás a mi lado mirándome con curiosidad y preguntándome qué sucede, por qué una lágrima se arrastra por mi mejilla. Y yo te quito un beso y una sonrisa; entiendes que todo marcha más que bien, que simplemente me haces feliz.

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